Todo se arregla con el tiempo. Eso, o deja de importar.

Veníamos de una fiesta de disfraces, cosa ideal, dado que andábamos en el esfuerzo de parecer puras cosas que no éramos… para empezar: felices. 

Emiliano se había vestido de Darth Vader, yo me había embutido en un traje de Gatúbela… 
Habíamos decidido ir vestidos de dos entes negros y cabrones. “¡Somos malos!” Malos para estar juntos, malos para crecer juntos, malos con el otro.

Después de diez años de vivir juntos, María y Emiliano se separan. Pero, ¿qué fue lo que los alejó?, ¿las manías de cada uno?, ¿la falta de deseo?, ¿la cotidianidad?

María, a flor de piel por la ruptura, habla de su dolor, de los cambios, de su independencia, de su familia y amigos y de las cosas que la siguen vinculando con el amor de su vida. La novela aborda de manera íntima y franca el duelo que se vive después de un rompimiento amoroso y la idea de reconstruirse a sí mismo.



Catalina Aguilar Mastretta… hija de Ángeles Mastretta, desde allí nació el interés que tenía por este libro y poco después mi entusiasmo por leerlo aumento al ver que en la red abundaban las buenas críticas sobre él.
Por fin llegó a mis manos gracias a la editorial y fue mi turno de leerlo…

¿Qué puedo decirles que no venga en la sinopsis? María tiene 30 años y hace criticas de películas, ella andaba con Emiliano un director y productor de cine. Tuvieron una relación de 10 años que comenzó desde muy jóvenes, nunca estuvieron casados, pero vivían juntos. Y ahora, cada quien ha tomado un camino diferente.

Todo se quedó ahí rondando, pero nada nos rompió, porque todo iba mezclado con su voz y con la mía, y con pequeños momentos que nos hacían inseparables.

Hay bastantes puntos destacables y bien abordados como la crisis de la edad adulta y la presión social y familiar que viene con ella. Pero en si esta novela nos habla principalmente del amor y desamor por lo mismo es muy fácil sentir empatía con esta historia si alguna vez pasaste por una ruptura amorosa, por todo lo que alguna vez tuvimos y no supimos aprovechar. Por el hecho de sentir que una parte de nosotros se va junto con ese ser que amaste, todos esos recuerdos que quedan y la búsqueda del amor propio a la hora de soltar a una persona y reencontrarse con uno mismo, armarse de valor y seguir adelante aceptando nuestro pasado, presente y futuro.

Pero sí lo conozco, como si nunca se hubiera ido, porque me quiso tanto y fuimos tan del otro como ahora somos del espacio en el que nos olvidamos.

La autora nos relata una historia real y reflexiva con anécdotas muy lindas y palabras que te rompen el corazón, al ser desarrollada en México la ambientación y narración se volvieron tan personales en mi caso pues logró ponerme en la piel de María y transmitirme sus emociones desde lo más bello a lo más crudo.
La pluma de Catalina es profunda y con una narrativa bastante fluida que logra atraparte y no querer terminar de leer, yo reí y sufrí en cada una de sus páginas.

Los personajes principales están muy bien desarrollados, en el transcurso de la trama notamos una evolución considerable y también nos topamos con unos personaje secundarios que aportan bastante a la historia, así como referencias de películas y un final bastante emotivo.

En algún momento, hace mucho, todo él dejó de dolerme.

Cuando yo pienso en una novela mexicana por lo general pienso en criticas sociales de la situaciones actuales que se viven en México, por lo mismo es bastante agradable poder leer otro tipo de contenido.

Sin duda, excelente debut de Catalina Aguilar Mastretta espero con ansias poder disfrutar nuevamente de su pluma en sus próximos proyectos. Porque este libro ya se ha vuelto uno de mis favoritos.

Lo compartido debería celebrarse en vez de dejarse atrás.

CALIFICACIÓN:

*Gracias a la Editorial Océano por el ejemplar*