Solo quería ser parte de algo normal.

Reagan Elizabeth Hillis tiene diecisiete años y está acostumbrada a cambiar de identidad de la noche a la mañana, a acostarse en la cama de sus amigos y a alejar a cualquier persona que se acerque demasiado. Está entrenada en combate mortal y en el uso de armas. Todos esperan que Reagan siga los pasos de sus padres y se una a la agencia secreta más poderosa del mundo: Los Ángeles Negros.
Pero enamorarse del chico de al lado no era parte del plan. Ahora, Reagan debe decidir:
¿Usará sus increíbles talentos y llevará la vida peligrosa en la que nació? ¿O lo dejará todo para seguir su corazón y aferrarse a una vida normal, lo que siempre quiso? ¿Realmente puede elegir?

Los padres de Reagan son miembros de una agencia secreta de espías llamado Los Ángeles Negros que trabaja en conjunto con el gobierno de Estados Unidos, así que Reagan desde muy temprana edad ha sido entrenada con artes marciales, hackeo, manejo de armas, rastreo de personas y técnicas de espionaje para unirse a ellos una vez que cumpla los 18 años. Por esto mismo y debido a los peligros que corre su familia no ha podido estabilizarse en un lugar ya que constantemente se mudan en medio de la noche de una ciudad a otra. Sin embargo, en el lugar que se encuentran ahora ha sido donde Reagan ha sentido que pertenece, tiene amigas, un vecino y mejor amigo, Luke, el cual la hace suspirar y la ha puesto a dudar sobre su futuro; vivir una vida normal o unirse a los Ángeles Negros. Lo que sí tiene muy claro es que debe rescatar a sus padres que han sido secuestrados.

No voy a mentir, la historia comienza muy bien, con toda la familia en la habitación del pánico de su casa tratando de ocultarse y fue una gran manera de atrapar la atención del lector. Hasta ahí todo marchaba bien pero conforme más avanzaba con la lectura encontré algunos detalles que personalmente a mí no me terminaron de convencer.

Sacudí mi brazo, tratando de aplastar las mariposas en mi estómago. Nunca entendí esa frase hasta que conocí a Luke.

Primeramente esperaba encontrarme con una historia de espías con toda la extensión de la palabra, repleta de misterio y acción, el hecho de mezclar los peligros de una agencia secreta y a la vez llevar una vida hogareña era una buena propuesta, pero en su lugar estaba leyendo sobre una chica con problemas que a pesar de toda la capacitación que recibió y del carácter fuerte y sensato que debía tener era una niña inmadura e incapaz de seguir órdenes de sus superiores para las cuales fue entrenada. Pero si hay algo que debo rescatar de Reagan es que intenta tomar el control de su vida y no dejar que los demás decidan qué es lo mejor para ella y el hecho de como enfrentaba sus ataques de pánico, el temor de que alguien pudiera capturarla o matarla estuvo muy bien reflejado.
Otro punto a favor es que Kristen Orlando se aseguró de que la agencia de los Ángeles Negros fuera lo más creíble posible, desde sus medidas de seguridad y las escenas de batalla.

Ser su hija me convierte en un objetivo. Sé que sus vidas son peligrosas. El trabajo que hacen es peligroso. Sus enemigos me matarían a tiros y me matarían a plena luz del día sin pensarlo dos veces.

La narrativa a pesar de ser fluida contaba con diálogos muy infantiles, repetitivos y forzados, así como el romance que no me convenció. Sin embargo, si hubo momentos en los que la historia me parecía muy interesante y otros en los que era muy irreal ¿Por qué? Bueno, me preguntaba ¿Cómo es que una chica que jamás ha estado en una misión tenga ideas más lógicas que espías con experiencia en eso?

Al final de la novela vemos mucha acción, pero todo fue tan rápido que siento no encajó muy bien con el resto de la historia.

Quizá hubiera disfrutado más de No sabes mi nombre de no tener las expectativas tan altas.
Recuerden que en gustos se rompen géneros y estoy segura que habrá muchos lectores que disfruten de esta historia sobre todo aquellos que les gusten los thrillers de espionaje.

*Agradezco a V&R Editoras por el ejemplar*