Cueste lo que te cueste, sigue lo que te indique el corazón.

El visionario cineasta Guillermo del Toro y el renombrado autor Daniel Kraus combinan su formidable talento en una historia de amor tan conmovedora como fascinante. “
La forma del agua” está ambientada en la ciudad de Baltimore en plena Guerra Fría, en el centro de investigación aeroespacial Occam, al que hace poco ha llegado un ser tan extraordinario como potencialmente valioso: un hombre anfibio capturado en el Amazonas. Lo que sigue es una emotiva historia de amor entre este ser y una de las mujeres de la limpieza en Occam, quien es muda y se comunica con la criatura por medio del lenguaje de signos.
Desarrollada desde el primer momento como un rompedor lanzamiento simultáneo --una misma historia recreada por dos artistas en los medios independientes de la literatura y el cine--, “La forma del agua” entreteje la fantasía, el terror y el género romántico a fin de crear un relato que resulta tan trepidante en el papel como en la gran pantalla. Prepárate para una experiencia distinta a todo cuanto has leído o visto.

A estas alturas del partido, solo si has estado viviendo bajo una piedra, no conoces de esta maravillosa historia, de lo contrario daré por hecho que la conoces, incluso ya viste la película, por ende, no la contaré de nuevo, solo les comentaré acerca de cómo se complementan el uno al otro, libro y pelicula.

La versión impresa comienza con Richard Strickland enviado a la selva amazónica, para capturar un espécimen muy especial, ya que al estudiarlo y analizarlo podrán según ellos avanzar en la carrera aeroespacial, ya que, por aquellas fechas, la competencia con la URSS era bastante interesante por ver quien conquistaba el firmamento.

Lo que me gustó fue conocer más el trasfondo de los personajes, ya que indaga más y llena espacios que por obvias razones en dos horas con tres minutos de película no alcanzan a darnos, aquí podemos leer a un Strickland más humano, más allá del macho todo poderoso que nos presentan en la película, incluso su esposa tiene una gran historia que contarnos, y también encontramos más trama de Elisa, Giles y Zelda.

Se acerca a él, a ella misma. No hay diferencia. Ahora lo entiende. Se abraza a él, él se abraza a ella, se abrazan los dos, y todo está oscuro, y todo está iluminado, y todo es fealdad, y todo es belleza, y todo es dolor, y todo es sufrimiento, y todo es nunca, y todo es siempre, para siempre.

La manera en que se narra la historia es desde el punto de vista de cada personaje, eso le agrega un plus muy agradable, ya que le llega a quitar el que se vuelva un poco tedioso de leer, y el final pues es más que hermoso, aunque debo de confesar, que la manera fílmica de entregarnos ese final, lo tomé más como la narración de Giles, de cómo el cree que pasaron las cosas, para así hacerse a la idea de que Elisa era feliz por fin, con el amor de su vida, y que su destino no fue el que Strickland le "otorgo", eso hubiera estado genial, hasta que del Toro explico el final y me derrumbó mi ilusión en una de las master class que dio el tapatío en el marco del Festival internacional de cine de Guadalajara, donde narra detalles, eventos y curiosidades acerca del proceso de escritura, y de cómo termino plasmado esta historia en una cinta maravillosa.

— Ni siquiera es Humano. 
— Si no hacemos nada, nosotros tampoco lo somos.

Amigos, leer este libro fue sumamente gratificante, sobre todo por ser un film, que en lo personal me devolvió las ganas de creer que, a pesar de mis 30 años de edad, todavía podemos creer en fantasía y en cuentos. De hadas, aunque sea solo un poco.

Tiene todo cuanto quiere, ama y es amada, y por consiguiente es tan infinita como este ser, ni humano ni animal, sino sentimiento.

*Agradezco a Ediciones Urano por el ejemplar*

Reseña hecha por Heber